Chile: La niñez trans que encendió el debate de la LIG

Han sido el punto de mayor polémica respecto al debate de la transgeneridad, en la medida que su existencia se ha hecho más visible y tanto ellos como sus familias han comenzado a demandar sus derechos.

Hace sólo unos años atrás la idea de que un niño o un adolescente pudiera ser transgénero era inexistente en nuestro país. “Antiguamente la persona trans, o escondía su condición o terminaban viviendo en la calle, porque las echaban de los colegios y las casas”, dice la creadora de la Fundación Selenna, Evelyn Silva, cuya hija Selenna le dijo a los cuatro años que era una niña y no un niño.

Aunque aún no existe una completa integración de los niños trans a la sociedad, y muchos de ellos se ven forzados a abandonar sus estudios, por ejemplo, más padres de niños transgénero toman una posición activa en proteger y apoyar a sus hijos.

Es el caso de Gabriel Astete, cuyo hijo Alexis, de seis años, hizo a inicios de este año su transición de género. “Yo no sabía nada de este tema, con mi mujer pensábamos que tal vez Denisse iba a ser lesbiana, la verdad. El tema es que investigué y entendí, pero hay gente que no quiere entender”. Alexis asiste a la Escuela Amaranta Gómez, una escuela libre que la Fundación Selenna inauguró este año y que se ha transformado en un espacio seguro para muchos niños trans que no habían podido acomodarse en otros establecimientos educacionales.

Alejandra Soto (45), presidenta del sindicato trans Amanda Jofré, fue expulsada del colegio y se fue de su casa a los 11 años. Dice que hoy “los niños tienen a sus papás para defenderlos”, pero que ellas no tuvieron a nadie. “Terminamos en la calle, prostituyéndonos, siendo violentadas”.

A pesar de los avances, un estudio de la Fundación Todo Mejora mostró que un 69% de los usuarios trans que llamaron su programa “Hora Segura”, habían sufrido violencia por su identidad y expresión de género en sus hogares.

La polémica por la LIG

La Ley de Identidad de Género que el presidente Piñera promulgó la semana pasada excluye a los niños menores de 14 años, dividiendo a la infancia en dos, dice Evelyn Silva. Muchos argumentan que no correspondía incluirlos porque una gran mayoría de esos pequeños después desistirán en su condición trans.

Lo efectivo es que no existen estudios suficientes, sobre estudios metodológicamente aceptables, que puedan confirmar esto. De lo poco que realmente se sabe, dice el director del Centro de Estudios en Psicología Clínica y Psicoterapia (CEPPS) de la Universidad Diego Portales (UDP), Claudio Martínez, es que entre más temprano aparezca la no conformidad, menos es el porcentaje de arrepentidos.

Más allá de que el niño pueda desistir eventualmente, lo importante es que en ese proceso reciba el apoyo de su entorno, dice el siquiatra infanto juvenil, Rodrigo Sierra. Un metaanálisis dado a conocer el año pasado, y que comprendió 15 estudios publicados entre 2011 y 2016, reveló que los chicos transgénero que reciben el reconocimiento y apoyo de su identidad tienen niveles de sicopatología similares a los de sus pares cisgénero. Esto es relevante considerando que la mayoría de los chicos de la comunidad LGBTIQ+ que realizan un intento de suicidio lo hace entre los 13 y los 19 años.

Puede leer más sobre la infancia trans en el especial Transición: https://especiales.latercera.com/transicion/infancia-trans

Publicado por La Tercera