No se pueden mezclar políticas públicas, Derechos Humanos y Religión

Ultraderecha antiderechos avanza con su discurso ideológico y anticonstitucional

A pesar de la política en el Legislativo de no tocar los temas LGBT, se hacen valer los derechos

Los derechos son aún y a pesar de, llegan cuando deben de llegar, no se trata de estar preparados o no preparados, no se pueden mezclar políticas públicas, derechos humanos y religión, recalcó el maestro universitario Juan Bobadilla Domínguez, experto en los temas de la comunidad LGBT.

Consideró urgente, necesario, oportuno y pertinente visibilizar las necesidades y exigencias de la comunidad trans, y de toda la diversidad sexual, en México y América Latina en un contexto donde la “ultraderecha anti derechos” avanza con fuertes poderes económicos y aglutina voluntades reaccionarias de este movimiento internacional, que pugna porque no haya igualdad y por no renunciar a sus derechos; pero lo disfrazan con un discurso ideológico y anticonstitucional, con una vertiente netamente religiosa dentro de un estado laico, ya que no se pueden mezclar políticas públicas, derechos humanos y religión, es un anatema.

Manifestó que el colectivo LGBT ha conquistado una gran cantidad de derechos gracias a la población trans, desde que Marsha P. Johnson, mujer trans afroamericana​​​ y sus colegas activistas, iniciaron acciones de resistencia y de reivindicación de todo el daño histórico que se ha hecho a esta población.

El profesor universitario celebró la organización del Segundo Foro de Identidad y Derechos Humanos Para Personas-Trans que se realizó recientemente en Aguascalientes, al considerarlo “tremendamente importante”, ya que el atender sus demandas es una de las grandes deudas que tiene la sociedad, el gobierno y las instituciones con estos sectores de la población que han sido vulnerados de manera sistemática.

Consideró que al momento, la ampliación de derechos para la comunidad LGBT es un terreno árido, pues en términos legales no se cuenta con el reconocimiento de la identidad de género, al considerar que es uno de los puntos más importantes de la agenda a resolver a nivel de política pública, a pesar de que ello no impide que un número importante de miembros de la comunidad trans cuente con su acta de nacimiento modificada, aunque por vía de un amparo, lo cual nunca debió ser, por lo que implica en cuanto a gasto económico que representa un proceso de casi un año.

Pasa igual con el matrimonio igualitario, que, aunque no se compara en urgencia con el tener una identidad reconocida legalmente, representa un derecho que como política del actual Congreso del Estado no se quiere reconocer y deja de darle la importancia que merecen los dictámenes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de las comisiones estatal y nacional de derechos humanos, y a pesar de ello, también vía del amparo, se han varias uniones civiles de parejas del mismo sexo. “Creo que, en el plano del derecho a la salud, al del trabajo estamos a nivel bastante incipiente, pero las iniciativas del colectivo ahí están, pues nadie a nivel político ha tomado esta causa”, subrayó el académico.

Publicado por La Jornada