Felipe Osiadacz y Fernando Candia, los chilenos que asesinaron a una mujer trans en Malasia, podrían volver a prisión

Kuala Lumpur, 5 dic (prismalgbti.com) – En agosto del 2017, los chilenos Felipe Osiadacz y Fernando Candia asesinaron por afixia a Yusaini Bin Ishak, una mujer trans en un hotel de Malasia. Actualmente son mantenidos en el país asiático, pues la fiscalía ha interpuesto una apelación al fallo de la corte que los dejaba en libertad este mes.

Los dos turistas, se conocieron en Australia y decidieron continuar su viaje hacia malasia a mediados del año pasado. En su primer día en el país, luego de salir a un bar, conocieron a Yusaini Bin Ishak, de 26 años y presuntamente trabajadora sexual, que los acompañó hasta su hotel.

Los tres ingresan tranquilamente por la recepción, caminan por un largo pasillo y los chilenos se alejan para conversar durante 5 minutos, mientras la mujer los espera recostada a una pared. Al regresar, los turistas forcejean con la mujer, la toman por los tobillos y las muñecas, y Candia se le sienta sobre el cuerpo, matando a la víctima por asfixia.

Los hechos quedaron registrados en un video de la noche, presentado en el juicio realizado en octubre de este año. El mismo desmentía la versión de los chilenos de ser perseguidos por la mujer agresivamente desde antes de llegar al hotel.

En este juicio, el primer oficial de policía que llegó al lugar confirma que fue llamado por la recepcionista del hotel, y encontró a los chilenos sujetando todavía a la víctima por sus extremidades. Ellos al verle la soltaron inmediatamente, pero ya estaba muerta.

En Malasia, el homicidio puede ser castigado con la horca y los chilenos enfrentan prisión preventiva desde esa noche. Durante el juicio realizado en octubre de este año, los asesinos de la mujer cambiaron en varias ocasiones su versión, y posterior a las pruebas presentadas por la fiscalía, aceptaron su culpa para pedir una rebaja a la condena.

El 15 de noviembre, la corte los encontró responsables del homicidio culposo, condenándolos a 2 años de cárcel. Sin embargo, les fueron descontados los meses en prisión preventiva y otros más por “buena conducta”, dejándolos en libertad a inicios de diciembre.

Ante esto, la fiscalía de Malasia presentó una apelación, por considerar que la condena no se ajusta a la gravedad y violencia de los suramericanos. Por esto se encuentran actualmente en un centro para migrantes indocumentados, pues tienen prohibida la salida de la capital malasia hasta que se resuelva la apelación y sus documentos migratorios aún son tramitados por los consulados de Chile y España.